NO CREÉRSELO.

Eso mismo. No creérmelo es la sensación que me embarga justo antes de inundarme de energía positiva. Puede parecer humildad, o quizás falsa modestia, pero no es así. A veces tengo que hacer este ejercicio: Coger todos los comics que he publicado, y ponerlos juntos, a ver que mosaico conforman... Y es entonces cuando me enfrento a eso que me ha estado rondando días atrás, a esa sensación de vacío, de no haber conseguido nada tras mucho trabajo, de estar a la deriva... Encaro el mosaico que he formado en el sofá rojo de casa. Entonces me embarga la sensación contraria.

Me parece muchísimo... ¡No me creo que esos libros los haya hecho yo! Obviamente participa mas gente, incluyendo el personal editorial. En algunos casos se trata de colaboradores al color, en otros con coautores al guión, y en uno de ellos incluso al dibujo, pero sea como sea, cuando los veo todos juntos... sigo sin creérmelo. Parir un libro que sale a la venta es un acto de fe, de pasión, podría decirse que de amor... y como decía un sabio "todo acto de amor agota". Con el tiempo se olvida el esfuerzo y los conocimientos empleados anteriormente, y a veces al revisarlos, en vez de los consabidos fallos ves algunas virtudes que vuelves a cargar en la mochila.

Así que cuando estoy lejos de creer que esto es lo mío, cuando todo falla, me preparo el mosaico. Y al verlo sonrío incrédulo, como el crío que leía comics pasmado y estremecido que todavía soy. Muchas veces creo que cada uno de ellos esta hecho por puro egoísmo, por lo necesario que es para mí que salgan al público para completar su circuito vital. Luego me da igual que algunos estén ya descatalogados u olvidados, lo que me importa es conservar un ejemplar de cada uno de ellos delante de mis narices, ahí, en mi mosaico, para cuando me flaquean las fuerzas. Aunque se olviden para siempre todos y cada uno de ellos, para mi todo tiene sentido. Además, en unos años ¿quien dice que no podré volver a sacarles partido si los vientos cambian?